Prueba nuestro nuevo menu dinamico, unicamente haga click en la imagen.
Prueba tambien nuestro nuevo sitio web, haciendo click en el titulo de la pagina elriopredicando o escribe en google, elriopredicando escribalo todo junto.
Escucha nuestras emisiones de podcast (audios), con la predicación de la palabra, que les trae grandes bendiciones a su vida. en la red social de Facebook haciendo click en la imagen de abajo.
Tambien puedes descargar la aplicación Ivoox, para escuchar la palabra de Dios, desde su telefono celular, asi como se describe en la imagen de abajo.
Romanos 16:16 Saludaos los unos a los otros con ósculo (beso) santo. Os saludan todas las iglesias de Cristo.
¿Cómo Puedo Saber Que Hay Un Dios?
Primero, hay una Biblia. “Escudriñad las escrituras, porque ellas dan testimonio de mi” (Jn 5:39).
Segundo, está la Creación. No puede haber una Creación sin un Creador.
Pablo dice que aquéllos que nunca han tenido la Biblia podrían aun conocer a Dios a través de la Creación. ‘ ‘Porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa” (Ro 1:19,20).
(Isaías 45:18) Porque así dice Jehová, que creó los cielos. Él es Dios, el que formó la tierra, el que la hizo y la compuso. No la creó en vano, sino para que fuera habitada la creó: Yo soy Jehová y no hay otro. (Jeremías 10:12) Dios hizo la tierra con su poder, afirmó el mundo con su sabiduría, ¡extendió los cielos con su inteligencia!
(Isaías 45:18) Porque así dice Jehová, que creó los cielos. Él es Dios, el que formó la tierra, el que la hizo y la compuso. No la creó en vano, sino para que fuera habitada la creó: Yo soy Jehová y no hay otro. (Jeremías 10:12) Dios hizo la tierra con su poder, afirmó el mundo con su sabiduría, ¡extendió los cielos con su inteligencia!
Tercero, por la existencia del hombre. ‘ ‘Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?” (Sal 8:3, 4). Así como Dios tiene memoria del hombre, la humanidad tiene una cavidad formada por Dios que únicamente El puede llenar.
Cristo establecio y fundo la Iglesia de Cristo en la tierra bajo su propio nombre y enseñanzas
Respetado lector, al contemplar usted la profusión de iglesias y religiones que existen en nuestro mundo de actualidad, ¿acaso se sienta un tanto preocupado, confundido o desalentado? ¿Se pregunta cuál de ellas predica la pura verdad de Dios? ¿Acaso repita el refrán "Todas son buenas; todas buscan lo mismo"; pero no se afianza definitivamente en ninguna de ellas? De pertenecer usted a alguna iglesia,
¿escucha enseñanzas u observa prácticas que parecen no armonizar con la Biblia? ¿Atribulan a su espíritu las contiendas, divisiones y competencias entre las diversas instituciones religiosas? ¿La rampante comercialización del evangelio; también de la música cristiana y de los puestos y oficios ministeriales? ¿Los frecuentes escándalos sexuales de personajes religiosos? ¿La patente hipocresía que empaña el testimonio de no pocos hombres, mujeres y jóvenes que profesan seguir a Cristo?
Indiscutiblemente, se justifican sus preocupaciones o críticas, pues el cristianismo de nuestra época está dividido en miles de sectas, movimientos y ministerios independientes a consecuencia de infinidad de creencias y prácticas contradictorias.
Además, se multiplican, tanto entre el clérigo como en las feligresías, comportamientos sensuales, explotaciones materialistas y desatinos doctrinales, los que alejan a muchas
personas de Dios. Pero, querida alma, usted que tiene sed de Dios, de la verdad, de vida eterna, ¡la culpa no la tiene Cristo! ¿Verdad que no? El Señor fundó una sola iglesia, y no múltiples iglesias, o sectas cristianas, distintas en doctrina y práctica.
Dijo, enfáticamente: "Edificaré mi iglesia" (Mateo 16:18). “Iglesia”: una, singular, y no plural.
salmos 127-1 Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican;Si Jehová no guardare la ciudad, envano vela la guardia.
¿escucha enseñanzas u observa prácticas que parecen no armonizar con la Biblia? ¿Atribulan a su espíritu las contiendas, divisiones y competencias entre las diversas instituciones religiosas? ¿La rampante comercialización del evangelio; también de la música cristiana y de los puestos y oficios ministeriales? ¿Los frecuentes escándalos sexuales de personajes religiosos? ¿La patente hipocresía que empaña el testimonio de no pocos hombres, mujeres y jóvenes que profesan seguir a Cristo?
Indiscutiblemente, se justifican sus preocupaciones o críticas, pues el cristianismo de nuestra época está dividido en miles de sectas, movimientos y ministerios independientes a consecuencia de infinidad de creencias y prácticas contradictorias.
Además, se multiplican, tanto entre el clérigo como en las feligresías, comportamientos sensuales, explotaciones materialistas y desatinos doctrinales, los que alejan a muchas
personas de Dios. Pero, querida alma, usted que tiene sed de Dios, de la verdad, de vida eterna, ¡la culpa no la tiene Cristo! ¿Verdad que no? El Señor fundó una sola iglesia, y no múltiples iglesias, o sectas cristianas, distintas en doctrina y práctica.
Dijo, enfáticamente: "Edificaré mi iglesia" (Mateo 16:18). “Iglesia”: una, singular, y no plural.
salmos 127-1 Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican;Si Jehová no guardare la ciudad, envano vela la guardia.
Referente a la unidad de sus seguidores, la plegaria de Cristo por todos nosotros es la siguiente: "Para que sean uno... para que sean perfectos en unidad" (Juan 17:20-23). También el Espíritu Santo exhorta repetidas veces que estemos todos los creyentes perfectamente unidos. "Os ruego... que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer " (1 Corintios 1:10). Por cierto, Dios abomina la división, clasificándola como una obra de la carne (Proverbios 6:19; Gálatas 5:19-21; Tito 3:10-11).
Respecto a la pureza moral y espiritual, Cristo describe a la iglesia que le agrada como “Una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha” (Efesios 5:25-27).
Respecto a la pureza moral y espiritual, Cristo describe a la iglesia que le agrada como “Una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha” (Efesios 5:25-27).
Un nombre biblico
Nos llamamos "cristianos" (Hechos 11:26), no añadiendo adjetivos distintivos, los que diferencien o separen en denominaciones. Las congregaciones se identifican como "iglesias de Cristo", nomenclatura bíblica. "Las iglesias de Cristo os saludan" (Romanos 16:16). Algunos creyentes en la antigua Corinto decían: "Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo". El apóstol Pablo les preguntó:
“¿Acaso está dividido Cristo?", así reprendiéndoles, y también llamándoles “carnales” (1 Corintios 1:12-13; 3:1-6). Debidamente advertidos, no decimos “la iglesia del pastor Ricardo”, o el nombre que sea, ni seguimos a hombre alguno.
“¿Acaso está dividido Cristo?", así reprendiéndoles, y también llamándoles “carnales” (1 Corintios 1:12-13; 3:1-6). Debidamente advertidos, no decimos “la iglesia del pastor Ricardo”, o el nombre que sea, ni seguimos a hombre alguno.
una fe infalible
Nuestro credo, o regla de fe, es la Biblia, único libro dado por Dios a la humanidad (2 Timoteo 3:16-17). Los credos emitidos por concilios ecuménicos, los catecismos, los manuales o disciplinas de fe y orden, ¿no son creaciones de hombres falibles? ¿No refuerzan y preservan las entidades religiosas que los autorizan y siguen? Preferimos hablar "conforme a las palabras de Dios" (1 Pedro 4:11), no yendo más allá "de lo que está escrito" en la Biblia (1 Corintios 4:6). Seguimos “una misma regla” (Filipenses 3:16), a saber, la de origen divino definida en el Nuevo Testamento.
No vivimos “bajo el régimen viejo” del Antiguo Testamento sino “bajo el régimen nuevo del Espíritu” (Romanos 7:4-6). Nos rige la nueva “ley de Cristo” (1 Corintios 9:2), y no la antigua ley de Moisés.
No vivimos “bajo el régimen viejo” del Antiguo Testamento sino “bajo el régimen nuevo del Espíritu” (Romanos 7:4-6). Nos rige la nueva “ley de Cristo” (1 Corintios 9:2), y no la antigua ley de Moisés.
Al visitarnos usted, observará el “buen orden” (Colosenses 2:4) de nuestros cultos, inconfundible rasgo de adoradores que procuran adorar "en espíritu y en verdad" (Juan 4:24), haciéndolo "todo decentemente y con orden" (1 Corintios 14:40). Desórdenes, alborotos o griterías no se toleran, ni se permite que más de uno hable a la vez, normas del Espíritu Santo que respetamos (Efesios 4:31; 1 Corintios 14:2).
Varones fieles y de buen testimonio dirigen las alabanzas. En cuanto al rol de las damas cristianas en las reuniones de la iglesia, el Espíritu Santo ha establecido lo siguiente: "Como en todas las iglesias de los santos, vuestras mujeres callen en las congregaciones" (1 Corintios 14:33-34), añadiendo: "No permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre" (1 Timoteo 2:12). Esta regla obedece a dos hechos:
“Adán fue formado primero, después Eva; y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión” (1 Timoteo 2:13-14). Por consiguiente, en los cultos de la iglesia de Cristo las mujeres no dirigen ni predican. Dios les ha asignado otros ministerios igualmente importantes (1 Timoteo 5:14; Tito 2:3-5)
Varones fieles y de buen testimonio dirigen las alabanzas. En cuanto al rol de las damas cristianas en las reuniones de la iglesia, el Espíritu Santo ha establecido lo siguiente: "Como en todas las iglesias de los santos, vuestras mujeres callen en las congregaciones" (1 Corintios 14:33-34), añadiendo: "No permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre" (1 Timoteo 2:12). Esta regla obedece a dos hechos:
“Adán fue formado primero, después Eva; y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión” (1 Timoteo 2:13-14). Por consiguiente, en los cultos de la iglesia de Cristo las mujeres no dirigen ni predican. Dios les ha asignado otros ministerios igualmente importantes (1 Timoteo 5:14; Tito 2:3-5)